Y ahora que ya fueron las PASO … ¿Qué hacemos?

por Gabriel Holand

Luego de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, tanto los dirigentes políticos como el mercado parecen reubicarse. Al menos desde el discurso.
En primer lugar, conviene recordar, el ejercicio ciudadano del domingo 13 de agosto fue una encuesta acerca de que candidatos gozan de mayor preeminencia en el electorado.

El partido por los puntos será en octubre y, hasta entonces, las fuerzas políticas buscarán mejorar sus chances, reagruparse, etc. Por tanto, conviene parar la pelota, levantar la vista, y mirar toda la cancha.
Luego, entender que la ideología que representan las dos fuerzas que demostraron ser más atractivas, representan puntos de vista que se reproducen en otros lados, es decir no son solo locales sino internacionales. En otras palabras, y para decirlo rápido, la existencia de pensamientos mal llamados populistas o liberales a secas, se plantea en el escenario internacional de lo cual nuestro país es un espejo. Y lo que aquí suceda tiene bastante que ver con el accionar de nuestros vecinos cercanos o no.
Un ejemplo de lo anterior es la reciente suba de gravámenes a las importaciones de Biodiesel-entre 50 y 65%- implantada por la administración Trump. Porque, más allá de los argumentos legales, es una medida que bien podría anular la Casa Blanca, sobre todo después del discurso “amistoso” de su Vice Mike Pence. Ello representa unos USD 1200 millones menos para las exportaciones argentinas a ese país, mientras que la promocionada venta de limones a la nación americana apenas si representa el 10% de ese importe.
Así las cosas, y vuelto al terreno local, las elecciones del próximo mes de octubre para algunos representa un punto de inflexión del cual saldrá un Poder Ejecutivo reforzado o no tanto. Pero, para otros, por más que el gobierno ratifique lo logrado en las PASO, deberá conseguir acuerdos parlamentarios amplios para convertir en leyes sus ideas, más allá de los votos a obtener.
Y eso está por verse, tanto como aún convendrá esperar y entender cómo se materializan en concreto sus aspiraciones (bajar déficit, leyes laborales, reforma impositiva, etc.).

Sobre la anunciada reforma laboral conviene recordar que mientras Brasil debe adecuar su fuerza de trabajo para competir con mercados asiáticos, mucho más eficientes en términos de costos, nuestra situación exportadora ni remotamente se le parece. Así mismo el desarrollo de las fuerzas sindicales en nuestra nación son mucho más notables que en el país vecino, lo cual no es un dato menor.
En cuanto a la reforma impositiva queda claro que la carga a pagar por ciudadanos y empresas es muy alta, sobre todo por la pobre contraprestación que se recibe. Lo que falta entender es quiénes serían los ganadores y perdedores ante las futuras-y aún desconocidas- modificaciones. En otras palabras ¿quién pagará el achique de las cargas e impuestos empresariales? Cualquier definición al respecto podrá tener impacto en el nivel de consumo-demanda agregada- ya que pegará en la distribución del ingreso de las capas medias y de menores recursos.
Dicho esto, vamos a las inversiones financieras.

¿Pesos o dólares? Aquí conviene recordar dos temas centrales.
1.El tipo de cambio doméstico está atrasado, de ahí que resulte mucho más caro comprar desde leche hasta televisores localmente versus otros países vecinos.
2.La llegada, costo y permanencia de capitales financieros del exterior, que hoy financian el déficit fiscal en unos USD 25mil millones de dólares, depende de qué movimientos realice EE. UU. con su tasa de interés.

En otras palabras, si la Reserva federal mantiene bajo los tipos, y la tasa de 10 años permanece más o menos estable, podrá mantenerse el flujo de fondos del exterior. Y eso, además, si nada conflictivo sucediera en el escenario político internacional, tal que asuste a los inversores y los invite a abandonar los mercados emergentes, como el nuestro, y refugiarse en el dólar estadounidense.

En este contexto bien puede seguir el carry trade, o inversiones en pesos, pero con un ojo puesto tanto en la coyuntura local como así también en la global. Porque, como se dijo, las razones que generan saltos en el precio de la divisa, sean costos internos o protección, siguen vigentes.

Y siempre recordando que diversificar los riesgos, poner los huevos en distintas canastas, es lo que nos previene de nuestro exceso de optimismos y nos ayuda a soportar mejor los temores.

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