por Gabriel Holand
Buena parte de la responsabilidad en la menor adhesión que arrojó la oferta de canjear el título Boden 15 por Bonar 24 tuvo relación con algunas luces amarillas de la economía global por las cuales, dinero cobarde, los capitales financieros abandonaron ciertas inversiones consideradas de mayor riesgo y corrieron a refugiarse en apuestas más seguras.
Por ejemplo los inversores internacionales vendieron masivamente rublos o bonos nominados en dicha moneda para comprar dólares. Ello llevó a que la moneda rusa se devaluara frente al dólar en 20%, solo la semana pasada, y a que el banco central ruso elevara la tasa de interés desde 10,5% a 17% para tratar de detener la salida de capitales del país.
En el mismo sentido la moneda brasileña, el real, se devaluó 18% durante el año 2014 frente a la divisa americana lo cual llevó al gobierno brasileño a elevar la tasa Celic a 11,65% también con la mira puesta en detener la salida de fl ujos de inversión extranjeros.
Y la cara opuesta, que corroboró dicha búsqueda de protección fue la caída en los rendimientos en los bonos del tesoro americano a 10 años cuyo rendimiento en casi 30% este año (de 3% al 2,12%) por lo cual, se interpreta, los grandes inversores del mundo colocaron en dichos activos consideradas seguros los fl ujos que retiraron de países como los antes mencionados.
¿Y cómo le fue al oro?
Quienes sobrevivieron a la crisis del año 2008 recordarán que el oro también sirvió en ese entonces como refugio a prueba de riesgos económicos y políticos globales.
Y, coherentemente con ello, el metal empezó a perder precio sobre todo a partir de enero del año 2013 momento en el cual para algunos la economía global aparentó empezar a salir del pantano.
Sin embargo, por temores económicos y confl ictos políticos globales, el metal subió 4% durante los últimos cuarenta días. Es decir que permitió ganar en menos de dos meses el mismo monto que un bono del gobierno americanoconsiderado muy seguro- permitiría ganar en dos años aproximadamente.
Los riesgos ante la crisis Rusa
La economía del país europeo depende en buena medida de las exportaciones de crudo, que representan el 68% de sus ingresos en divisas. Además el 56% de la recaudación fiscal proviene de la industria petrolífera hoy jaqueada por el valor del barril.
Por otro lado y, se mencionó últimamente, que el país perdió en lo que va del año u$s168 mil millones de dólares de sus reservas por retiro de capitales de inversión.
Luego, para el año 2015, los vencimientos de deuda –privada y pública-ascenderán a u$s138mil millones mientras que las reservas del país ascenderían a unos u$s454.7 billones.
De ellas solo u$s220 billones serían divisas en billete mientras que el 50% restante estaría compuesto en buena medida por existencias de oro según informó el diario Moscow Times.
La pregunta del millón para los inversores es si necesitará Rusia vender parte de su stock de metal amarillo que estimativamente representa en más de 10 % de las reservas totales para sostener sus pagos internacionales.
Y si eso sucediera, sin dudas, el precio del metal irá a la baja. ¿Cuánto? Nadie se anima a pronosticarlo aún.
Sin embargo ya hubo caídas en el mercado del oro porque los operadores apostaron a que el país empezará a vender parte de sus existencias o, quizás, a utilizarlas como garantía para obtener préstamos.
¿Qué hacer?
Aquellos que tengan activos fi – nancieros respaldados en oro, como el SPDR Gold Trust u opciones, tienen disponibles instrumentos tanto para proteger la posición-sin venderla- como para intentar apostar a la oportunidad de una baja en las cotizaciones. Quienes esperan un futuro descenso podrían comprar puts o vender calls a mediano plazo. Y también observar la evolución de índices que, como el siguiente, duplican la performance inversa que tenga el metal en el mercado.
En otras palabras si el oro bajara 3% el índice subiría- ganancia para el inversor- 6%. Y si el precio del metal trepara 2% el índice bajaría- pérdida para el inversor- 4%
Publicado en Diario BAE