por Gabriel Holand, analista de mercados internacionales
Las oportunidades de inversión potencialmente rentables escasean en los mercados financieros globales, sobre todo al saber que, más temprano que tarde, el banco central norteamericano, la FED, puede recortar los planes de estímulo mediante los cuales inundó el mundo de dólares gratis.
Y en ese escenario, de exiguas opciones, volver la vista hacia Europa podría resultar conveniente para el inversor dispuesto a tolerar las volatilidades existentes en esa región del mundo.
Algunos números de la macroeconomía indican que la eurozona rebotó desde el subsuelo y por tanto mostró el último trimestre algunos tenues signos de crecimiento que, de todas maneras, lejos están todavía de mostrar el inicio de una recuperación sostenible y menos aun de mejoras a corto plazo en las condiciones de vida para sus ciudadanos.
De todas formas, y aunque algunos países fuera de la moneda euro emergen de la recesión antes que otros como es el caso de Inglaterra, el Fondo Monetario Internacional indica que la actividad económica de la eurozona en su conjunto se contrae 0,2% durante el año 2013 para crecer 0,8% en el período enero/diciembre del 2014.
Sin embargo el cuadro de desarrollo resulta heterogéneo. Porque mientras se espera que algunos países, como Italia, España o Francia, se mantengan como hasta ahora en su nivel de actividad, otros del este europeo parecen mejor parados en cuanto a su potencial de crecimiento a corto plazo.
¿Oportunidad en la deuda soberana de Italia?
Después de largos meses de crisis es evidente que difícilmente existan soluciones rápidas y fáciles para la crisis europea, y menos aún para que los ciudadanos recuperen aunque sea parte de su bienestar, por lo cual es de esperar que las presiones especulativas de los mercados continúen sobre la región.
Sin embargo, y dentro de ese panorama, los ajustes que realiza la economía italiana tienden a mejorar sus condiciones de competitividad tanto como a flexibilizar el mercado laboral y las deficiencias en los servicios públicos.
Dicho de otra forma: los cambios en la legislación favorecen a los empleadores y los impulsan a ofrecer puestos de trabajo adicionales, habida cuenta de las bajas en los costos laborales, a lo cual conviene sumar la lucha oficial por contener los precios de los combustibles que se encuentran entre los más altos de Europa.
Por tanto algunos analistas destacan la contradicción tal que mientras la economía europea vista en su conjunto presenta aún perspectivas poco halagüeñas, algunas naciones como Italia parecen reflotar su situación aunque sea muy lentamente.
Entonces existen algunas razones para que la deuda soberana italiana mantenga expectativas positivas.
Por ejemplo pensar que la nación peninsular es una pieza clave dentro de la Unión Europea.
Por lo tanto las autoridades del bloque harán todo lo necesario para mantenerla dentro del mismo y, dicho de otra manera, la ayudarán a cumplir con sus compromisos financieros mediante la asistencia monetaria que fuera menester…
Asimismo las reformas económicas encaradas por el gobierno del primer ministro Mario Monti, que siguen los consejos de los organismos financieros internacionales, apuntan a reducir el déficit fiscal y mejorar en general el rojo de las cuentas públicas. Y eso quiere decir que busca generar superávits para asumir el pago de las deudas del estado italiano.
Cuestión de números
Por cierto que los rendimientos de la deuda soberana italiana vienen en caída libre últimamente. Por ello el bono a 10 años pasó de prometer una insostenible renta del 7% veinte meses atrás al 4% en lo que va del corriente año 2013, lo cual es bueno para el país e indica una situación menos vulnerable.
Claro que buena parte de tal mejora, que se vislumbra en cuánto menos debe pagar el estado para que se le preste dinero, simplemente es el resultado de un cambio levemente positivo en las condiciones generales de la eurozona, pero aún así los bonos italianos resultan atractivos sobre todo si se lo compara con los rendimientos de los bonos soberanos alemanes.
Como conclusión de lo escrito hasta aquí conviene decir que a los inversores en bonos, que acepten riesgos mayores a la media de mercado, les resultará útil analizar a los países europeos caso por caso, antes que al bloque de la eurozona como un todo, para detectar nuevas oportunidades de inversión con mayor rentabilidad.