¿QUIÉN LE TEME A LA BAJA EN LOS VALORES DE LOS COMMODITIES?

Los aumentos de precios en las cotizaciones de los productos básicos llamados commodities agropecuarios e industriales (ej.: soja, combustibles, oro) constituyeron la base del éxito del cual disfrutaron muchas naciones emergentes durante los últimos 10 años.

Y también financieramente resultaron plazas atractivas para los capitales globales de inversión que ganaron tanto por la revaluación de muchas divisas frente al dólar como debido a  la existencia de crédito barato en los mercados globales que resultó funcional a quienes usaron dinero ajeno para  apostar a los commodities en las bolsas y obtener así jugoso beneficios.

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Por ejemplo bien vale recordar que la onza de oro cuyo precio fue de USS 400 en el año 2003 hoy cotiza tres veces y medio dicho valor es decir USS1400 la onza.

Claro que el gran consumidor tanto de alimentos como de materiales para la industria fue China.

Porque en los últimos años, al ritmo de la mejora en los ingresos, aumentó su demanda de alimentos mientras que  los planes para desarrollar la infraestructura la llevaron a comprar grandes cantidades de productos básicos industriales.

Cambios en el escenario

Y por otro lado el Dragón, que  continuará su crecimiento pero a tasas algo menores que las actuales, volcará más recursos al mercado interno y menos a la construcción de grandes obras de infraestructura como sus famosos ferrocarriles.

Por lo tanto, y como resultado de lo anterior, es de esperar cierta baja en las cotizaciones tanto de alimentos como así también de combustibles a nivel global.

Emergentes: Quienes ganan y quienes pierden en el rebalanceo de precio

Veamos que podrá suceder con algunas de las economías más grandes. Y por las razones que se describirán resulta lógico pensar algunos, como  Rusia, tienen riesgos ante las modificaciones en la demanda de commodities globales  mientras que otros, como Corea, se beneficia con tales  cambios.

Porque Rusia, al depender fuertemente de las exportaciones de combustibles y minerales, es el país más expuesto entre las diez economías emergentes de mayor tamaño y luego se anotan a la lista de preocupados, aunque en menor grado, naciones como Indonesia, Brasil, Sudáfrica y México.

Entonces conviene tener en cuenta que  en el país que gobierna el presidente Putin las exportaciones de materias primas conformaron el 20% de la producción nacional (PBI) durante el año 2011.

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Y bien vale recordar también que un buen cliente suyo es la Unión Europea, débil económicamente, tanto como tener presente el dato que para el año 2018 o 2020 EEUU apunta a auto proveerse de petróleo lo cual sin dudas  modificará la relación de los precios internacionales de los combustibles.

Por otro lado naciones como  Indonesia, que es la decimoséptima economía del mundo, y también Brasil dependen en buena medida de la exportación de sus materias primas, aunque en menor grado que los rusos, por la diversificación de productos que comercian internacionalmente dichos estados.

Y  Brasil, por ejemplo, además de crudo comercializa mineral de hierro tanto como soja, azúcar y  también, aves de corral. Por ende es menos susceptibles a una disminución de los precios de los productos básicos como combustibles u otros industriales.

Por otro lado aquellos países que son importadores netos de materias primas se beneficiarán con una diminución de dichos valores. Y entre ellos se cuentan Corea, Turquía (o Argentina) cuyo déficit exterior se basa hoy principalmente en la importación de energía.

Entonces, como es posible ver, existen diferencias importantes en las perspectivas económicas de algunas de las  naciones emergentes mencionadas frente a otras en los tiempos por venir. Sobre todo en aquellas con  buena balanza de pagos y bajo endeudamiento.

Y ese es un buen punto para tener en cuenta por aquellos que confían en mantener inversiones financieras por fuera de las economías centrales.

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