El martes por la mañana los portales del mundo anunciaron que el Ceo de Citigroup, Vikram Pandit, dejó su sillón y lo reemplazó en el Michel Corbat quien a su vez fuera responsable del sector de inversiones en dicha mega compañía.
Y el hecho revistió cierta trascendencia porque, además que Citi fue en otros tiempos la corporación financiera mas expandida en América Latina, reveló la lucha entre los bancos globales por recuperar posiciones luego de la crisis del año 2008 y también las internas de palacio para ver quién paga los platos rotos por los malos negocios o las oportunidades perdidas.
Por lo tanto conviene recordar que en el mes de abril del año 2011 los accionistas del banco objetaron pagar al Ceo renunciante un paquete de compensación cercana a los USS15 millones por una gestión que consideraron insatisfactoria, sobre porque la compañía vio caer el valor de su acción más del 90% desde el año 2000 momento en el cual Pandit ocupó la posición que hoy resignó.
Sin embargo la gota que colmó el vaso y llevó a cambiar el capitán de la nave corporativa, dicen en Wall Street, fue que el banco perdió una oportunidad estratégica de negocio que, de aprovecharse, hubiera deparado jugosas ganancias.
Y en ese sentido corresponde hacer un poco de historia y recordar que, durante el año 2008, la dirección del grupo recibió fuertes críticas debido a la falta de reflejos para prevenir la crisis del mercado hipotecario que sobrevino y causó a la entidad enormes pérdidas, muy superiores a las que sufrieron otros competidores.
Peor aún. Durante este año el mercado inmobiliario norteamericano mostró indicios de que lograría cierta recuperación. Y en esa apreciación coincidieron diversos analistas entre ellos, y al tope de la tabla, el mítico Warren Buffet que apostó a un rebote en esa actividad.
Y, finalmente, quienes jugaron esa carta ganaron.
Pero Citi perdió la anunciada oportunidad. Porque desatendió el despegue en la demanda de créditos hipotecarios en EEUU que creció al compás del deprimido valor de los inmuebles como así también por la baja en las tipos de interés de dichos préstamos los que, aún menores que años atrás, aventajaron y por mucho a las tasas cobradas en otras líneas crediticias.
Por lo tanto muchos bancos aprovecharon el momento e incrementaron sus carteras de préstamos para la compra de viviendas mientras que Citi quedó en veremos y, peor aún, decreció su exposición en la financiación de inmuebles tanto particulares como comerciales durante el último año.
Así las cosas el responsable financiero del grupo John Gerspach hizo “mea culpa” al admitir que dudó acerca del posible rebote inmobiliario, por más que muchos lo anunciaran, dada la persistente debilidad de la economía y la incertidumbre proveniente de las próximas elecciones en su país.
Y ello finalmente sumó un nuevo error que, por su cuantía, parece se lo facturaron directamente al número uno de la organización.
Luego, como cereza de la torta en la gestión de Pandit, Citigroup tuvo que castigar a pérdidas USS2.900 millones causados por la unidad de brokerage de su controlada Smith Barney.
Y como si todo esto fuera poco en el mes de junio de este año Moody´s rebajó la calificación del grupo financiero.
Todo ello, sumado, resultó indigerible para una empresa como Citi que achicó su valor en forma increíble durante los últimos años.
Así que el Ceo debió renunciar. Sin embargo difícilmente exista alguna persona que pueda cambiar la débil situación corporativa en el corto plazo. Por ello quizás el directorio de Citi eligió a un, para muchos, ilustre desconocido como reemplazo de Pandit.