La mayor provisión de liquidez que se proyecta hacia los mercados globales, con motivo de las recientes disposiciones del BCE y la Reserva Federal, tiene una consecuencia central: la reanudación del ciclo devaluatorio del dólar que se inició en julio de este año.
Y eso reviste importancia para los inversores globales porque indica un punto de inflexión en el alza del valor de la divisa norteamericana, que fue activo de refugio desde el inicio de la crisis del año 2008, frente a la canasta de monedas globales.
¿Por qué se mantendrá ese descenso en el tiempo?
Debido a que la actual emisión del banco central americano le quita respaldo a su signo monetario y, sobre todo, porque los riesgos de inflación de EEUU se acentúan con dicha medida.
Y una situación similar ocurriría con el euro aunque, por el momento, se recupera luego de la importante pérdida de valor que sufriera durante la crisis de deuda europea que, aparentemente, se tomó un respiro.
El reflejo en los mercados
Por lo tanto la divisa de la alianza alcanzó su mayor valor frente al dólar de los últimos cuatro meses aunque su cotización se encuentra aún muy lejos, por cierto, del 1,58 dólar por euro que se vio durante abril del año 2008.
Y sin dudas, la trepada de la moneda comunitaria tiene su origen en la caída del dólar luego que la FED anunciara la tercera ronda del “quantitative easing 3” (dinero barato) el viernes pasado.
Así que, desde el mes de julio, el primero ganó más del 9% frente al segundo signo monetario, ayudado por la estabilización de la situación financiera en el Viejo Continente.
A ello contribuyó que la justicia alemana rechazara los intentos de bloquear la creación del Mecanismo Europeo de Estabilización hecho que, en pocas palabras, será una máquina de emitir billetes poco simpático para los alemanes.
Y por su lado el Yen, la tercera divisa de mayor potencia en los mercados, se fortaleció frente al dólar más de 7% desde marzo de este año.
Así que es de esperar alguna futura acción del Banco de Japón en el sentido de impedir que su moneda se fortalezca en grado tal que perjudique la presencia nipona en el comercio internacional.
Sin duda entonces estos cambios de valor entre las divisas con mayor presencia global reavivan los temores de un nuevo capítulo de la llamada Guerra de Monedas”.
Y conviene recordar que ese conflicto tuvo su origen al inicio de la crisis post Lehman Brother´s, e implicó que todos los países trataran de que su signo monetario se depreciara con el fin de favorecer las exportaciones nativas.
¿Y cuáles serían las potenciales divisas ganadoras?
A modo de una primera conclusión de esta columna los invito a visualizar el gráfico adjunto. Este muestra la caída del valor del dólar frente a la canasta de las seis monedas globales más robustas.
Y esa tendencia bien podría mantenerse en el corto plazo.
Por otro lado en los mercados existen pocas dudas al señalar que también las monedas de Australia y Nueva Zelandia se encuentran en buenas condiciones para afirmar su rally contra el dólar.
Así mismo la rupia india alcanzó últimamente su nivel más alto de los últimos cuatro meses producto de los esfuerzos de gobierno por contener el déficit fiscal y repatriar inversiones que hoy se encuentran en el exterior.
En consecuencia conviene poner atención plena a los matices del mercado de monedas en el cual pueden existir buenas oportunidades.