Se suponía que este año existiría una recesión europea relativamente suave porque habría capacidad para instrumentar alternativas razonables tales que permitirían a la Eurozona salir de la crisis que la agobia.
Por tanto el impacto negativo para el resto del planeta se acotaría y los países extra europeos atravesarían el año 2014 con, apenas, turbulencias menores.
Sin embargo, debida nota pudo tomarse durante las últimas semanas, tales expectativas quedaron solo en las ilusiones de algunos.
Y la realidad económica de la UE siguió sin mejorar debido a que los planes de ajuste funcionaron como una piedra al cuello de los países más débiles de la alianza como, ahora también, de las naciones ricas.
Así que las novedades que llegan desde los países maduros resultan cada vez menos atractivas o esperanzadoras.
Y para confirmar esa tendencia basta leer el índice de Sorpresas Económicas que Citigroup da a conocer periódicamente, y cuyo objeto es medir la brecha existente entre los resultados esperados versus los reales acerca de ciertos índices de la economía de todas las regiones del mundo.
De ese modo una lectura positiva del Índice sugiere que los informes económicos salen mejores que lo esperado en promedio, lo cual lleva la curva del gráfico hacia arriba. Y, por el contrario, cuando los indicadores macro reales son peores que los que se aguardaban, la curva muestra su tendencia declinante.
Y, como puede verse en el gráfico, el indicador se muestra a la baja porque las sorpresas negativas pesan mucho más que las buenas noticias.
Así mismo conviene ver también otra señal que muestra el humor de las corporaciones. Nos referimos al PMI (Purchasing Managers’ Index) que indica el nivel de compras de bienes y servicios por parte de las empresas.
Y, como sugiere el gráfico siguiente la demanda corporativa se mostró decreciente durante los últimos meses.
Por cierto, un índice PMI menor a 50 indica crecimiento negativo de Producto Bruto Interno Y lo que muestran las últimas mediciones refieren una recesión importante en Europa y también un parate, aunque leve, en EEUU.
¿Cómo incide la problemática global en Argentina?
Aún existe una situación fiscal razonable en nuestro país, buen nivel de reservas y crecimiento económico, a diferencia de otros países del mundo que se encuentran realmente con una realidad desfavorable.
Y eso se debe a que existe superávit comercial, con depresión de importaciones, y el déficit fiscal es muy bajo aún en términos de PBI.
Claramente nuestros números actuales superarían cualquier examen de estándares internacionales. Por tanto existe margen para enfrentar las dificultades sin generar una crisis.
Claro que el éxito en la batalla en mucho depende de las políticas internas que se instrumenten de aquí en más.
Y ayuda sobre todo que el precio de la soja supera ya los USS600 la tonelada y también a que se producen 100 millones de Tons de granos- cinco veces más que hace 20 años-, y aún hay lugar para mejorar la productividad si se ponen reglas claras a la actividad.
Ayuda también el desendeudamiento sustancial del país, tanto del sector público como privado.
Pensemos, para entender lo importante de ese último punto, en la pesada carga financiera que hoy soportan España o Italia. Y recordemos que a principios de la década nuestro país pagó 11 millones de dólares por año solo de intereses por sus obligaciones crediticias.
Sin embargo y para mejor el endeudamiento en dólares es muy bajo en relación al pasado y con buen nivel de reservas.
Por lo tanto mantiene su importancia en primer lugar proteger el empleo como herramienta para mantener el consumo, pero también sostener medidas sensatas y homogéneas que permitan tranquilizar a los mercados.
En síntesis mostrar que Argentina puede evitar las extremas volatilidades del pasado.