El mundo hoy se sensibiliza ante las dificultades económicas y sociales que ocurren en Europa y que podrían arrastrar tras de sí a la entera economía global.
Y los inversores, además, se preguntan cómo proteger su capital financiero en el mar de desconcierto y temores que se reflejan en todos los medios de comunicación.
Tal es así que activos de refugio tradicionales, como el oro, pierden valor y sólo la tenencia de billetes dólares pareciera servir para calmar los nervios de los grandes jugadores financieros globales.
Entonces bien vale preguntarse si esa fiebre pesimista extenderá el contagio a los productos financieros considerados, hasta ahora, eficaces herramientas para conservar el capital.
Por cierto que la respuesta a ese interrogante variará según como cada quien evalúe el futuro próximo de las finanzas globales y, por tanto, que decisiones se espera que tomen los gobiernos en materia de política monetaria para enfrentar las amenazas de recesión e iliquidez latentes alrededor del mundo.
Y ante ese tenor de expectativas conviene señalar que EEUU, aún débil, parece la única de las grandes potencias desarrolladas que tira del carro, y puede marcar el decurso del nivel de actividad en el mundo toda vez que representa el 17% del PBI del planeta.
Por lo tanto algunos datos de la macroeconomía norteamericana, actualizados en forma sencilla, y desde el día a, día pueden aportar algunas reflexiones de utilidad a quienes deben decidir qué hacer con sus inversiones.
Entonces recordemos que históricamente la Reserva Federal abarata las tasas de interés cuando la producción y el consumo se encogen a fin de incentivar esas variables, pero recorre el camino inverso- las eleva- cuando dichos factores dinámicos mejoran con el fin de para evitar aumentos desmedidos de la inflación.
Entonces ¿porque aunque durante los últimos dos años (ver gráfico) el uso de la capacidad instalada en la industria americana mejora en forma creciente igual el banco central de ese país persiste en su política de créditos baratos?
Tal vez en otro momento la combinación dinero gratis- a costo casi cero- y emisiones de moneda dólar unidos a grados de producción y consumo en alza hubieran impulsado el aumento de los precios de bienes y servicios.
¡Pero esta vez es diferente!
Y todo debido a la crisis de confianza en la moneda euro que potencia mayor demanda global sobre el dólar. Por tanto, lógicamente, el banco central americano mantiene abierta la provisión de sus billetes tanto para proteger la liquidez del sistema financiero como para evitar mayores revaluaciones que perjudiquen más aun las exportaciones.
Entonces a la Fed le preocupa que la crisis exceda Europa y llegue a sus costas y por esa razón, aún con la producción industrial y la actividad de la construcción en alza, mantiene sus estímulos.
Más aún. Hay quienes apuestan a que la ayuda financiera aumentará en los próximos meses también para generar buen clima electoral para el presidente Obama.
Pero parece ser que toda esa catarata de dólares que existen en los mercados igual es insuficiente para sostener las cotizaciones de commodities, como la soja o el oro y tantos otros, en los niveles de precios que mostraron meses atrás.
En ese sentido el índice CRB Spot Commodity índex que mide la evolución de una canasta de insumos alimentarios e industriales básicos cayó 17% desde sus máximos anuales y el oro declinó 19% desde el pasado septiembre.
La soja que hace dos meses valía USS510 la Tonelada hoy cotiza 7% por debajo de ese valor.
¡Pero, en el camino inverso, últimamente el valor del dólar se fortaleció 13% frente a otras divisas globales¡
Es cierto que los commodities caen en parte porque se espera menor crecimiento global, ergo se achica la demanda y el potencial de suba de las materias primas, luego muchos especuladores en el mundo liquidan posiciones y se quedan en dólares a ver “qué pasa”.
Pero sobre todo lo que mueve la revalorización del billete verde es la demanda que impulsa el miedo por el drama de Europa y a que la onda expansiva alcance al resto del mundo.
Entonces ese factor de incertidumbre, que abarca a todo el globo terráqueo, tiene la capacidad suficiente como para empujar hacia arriba en forma contundente la demanda de la divisa gringa.
Porque, por otra parte ¿qué otra moneda global queda en pie?
Así que, con toda esta data, al inversor le queda pendiente “hacer los deberes”.
Y tendrá que decidir si espera que la crisis de la U. Europea lleve a que solo el dólar sea el rey y ni siquiera el oro sirva como refugio con la consecuente caída de su valor o, por el contrario, concluir que es esperable que tanto la FED como el Banco Central Europeo refuercen la emisión de sus respectivas divisas para evitar la amenaza de una nueva recesión global.