En primer lugar conviene decir que el monto del quebranto, que ocurrió en solo dos semanas de operaciones, podría resultar superior al que se conoce hasta hoy.
Luego vale recordar algunos datos sobre la empresa en cuestión como, por ejemplo, que es el mayor tarde de instrumentos financieros derivados y el banco más grande de los EEUU.
En síntesis es una de las entidades nominadas como “demasiado grandes para dejarla caer” (too big to fail).Pero también uno de los más grandes jugadores- o el mayor- en el mercado de los llamados Crédito Default Swaps.
Y este instrumento financiero-que se conoce en la calle financiera como “CDS”- es el que asegura al tenedor de un bono el cobro de su acreencia en caso de que la empresa o el estado emisor caigan en default, por tanto es una herramienta altamente especulativa y de rol estelar en la crisis financiera del año 2008.
Pero para Morgan los sobresaltos de solvencia son conocidos desde hace bastante tiempo. Porque el año 1980 fue uno de los nueve grandes bancos americanos fuertemente golpeados por la crisis de deuda Latinoamericana y durante la crisis de los años 2008 recibió billones de dólares por parte del gobierno e EEUU para sostenerse en el mercado.
Sin embargo ahora las cosas se pusieron un poco más difíciles porque en función de la multimillonaria pérdida en que incurrió el Morgan, y de acuerdo a lo que informó Bloomberg News el pasado 15 de mayo, el Departamento de Justicia norteamericano y el FBI iniciaron una investigación criminal para tratar de esclarecer las responsabilidades en el asunto.
Por otro lado, y como resultado de este enorme traspiés, la acción del gigante financiero cayó más del 9% por lo cual se evaporaron más de 14 mil millones de dólares del valor de su patrimonio.
La pregunta clave ¿cómo se puede perder tanto dinero en tan poco tiempo?
Y una pista podría deducirse fácilmente: especularon con fondos prestados- es decir apalancamiento- y ese movimiento de ingeniería simplemente les salió mal.
Aunque los detalles aún se conocen solo parcialmente una posibilidad para explicar que ocurrió sería que el banco, mediante el uso de los instrumentos financieros “derivados” realizó operaciones sobre la base de especular con variaciones en los precios de bonos corporativos europeos a futuro.
Al usar derivados un agente podría comprar o vender activos que ni siquiera tiene en sus libros, en la jerga se diría que opera “de aire” o “en descubierto”. Y si las cotizaciones de los instrumentos negociados van en contra de la apuesta que realiza- al alza o baja- tendría que desembolsar dinero real para cubrir las diferencias que sucedieran.
Y un ejemplo para explicar la operatoria sería pensar que un operador se compromete a comprar a un tercero un bono de la empresa “A” a $10 a un mes de plazo, pero ¿qué sucedería si al llegar a la fecha de ejecución ese activo vale solo $8 en el mercado?
Entonces el trader debe cumplir su compromiso de comprar a 10$ algo que vale $8, luego tiene $2 de quebranto. Ahora téngase en cuenta que generalmente estas operaciones se realizan por centenares de millones de dólares y así se podrá visualizar la magnitud del riesgo en que se incurre con estas operaciones.
Como resumen bien podría decirse que en definitiva se trata de hacer apuestas con el dinero de otros a la espera de ganar lo que otro jugador necesariamente perderá.
Y ,cualquiera sea el tipo de negocios que realmente se realizaron en el caso que analizamos ,lo cierto es que la exposición total de JPMorgan en el mercado de derivados se estima en USS 79 trillones de dólares mientras que el patrimonio de la entidad llega solo a USS 140 billones.
¿Y los organismos de control para dónde miraron?
Hace pocos meses Morgan pasó la prueba de “Stress Test” que instrumentó la Reserva Federal con todos los “honores”.
Y se lo consideró tan sano que el banco central americano le permitió incrementar la distribución de dividendos por acción, lo cual por otra parte disminuiría el valor de las tenencias de los accionistas debido a que se reparte el dinero proveniente de las ganancias en vez de sumarlo al patrimonio de la entidad.
Por lo visto en ningún momento la prueba de solvencia mencionada alertó sobre posibles riesgos de pérdidas potenciales que ahora se verifican. Raro ¿no?
Y, aunque todavía se desconoce su origen exacto, el desastre podría provenir del uso de los Derivados y lo Swaps de incumplimiento- especie de póliza de seguro contra pérdidas- contratados. Además es posible que tenencias poco líquidas que tendría la entidad en su cartera hayan perdido precio debido a que el mercado de activos más riesgosos redujo su tamaño ante la crisis europea.
Por todo lo expuesto la lección que deja la pérdida de JPMorgan parecería bastante simple, porque a partir de la desaparición de la ley Glass Steagall- que separaba la banca de inversión de la comercial- las entidades se volvieron demasiado grandes y complejas, tanto para su administración como para que el gobierno ejerza los debidos controles.
Y por lo tanto la pregunta final cae de madura. La existencia de escasa o nula fiscalización sobre algunas operaciones especulativas que benefician a pocos y perjudican a muchos ¿será casual o responderá a la presión de algunos sectores interesados?