La realidad indica que muchos inversores sufrieron importantes daños en sus portafolios de inversión durante el año 2011 debido a la volatilidad de los mercados.
Pero también es cierto que varias de las acciones más castigadas por entonces, hoy son las que más se recuperan. Por lo tanto, vale preguntarse hasta qué punto continuarán en esa senda alcista en lo que resta del año 2012. Y una respuesta a dicho interrogante es que existen buenos fundamentos para que el actual rally de las Bolsas continúe con energía, sobre todo en los mercados emergentes.
¿Por qué las mayores expectativas se encuentran en las economías menos desarrolladas? Debido a que durante el año que pasó las acciones emergentes perdieron precio debido a una confluencia de factores que luego cambiaron su tendencia.
Así, durante el período enero/julio del año 2011, la inflación apareció como una amenaza en muchas naciones latinoamericanas y asiáticas, sobre todo por el aumento en los precios de los commodities. Por lo tanto, distintos bancos centrales, sobre todo el chino, subieron los tipos de interés para contener el alza de precios de la canasta doméstica de productos de primera necesidad.
Y además, a partir de septiembre pasado, se produjo una fuerte venta de activos emergentes por parte de los grandes inversores globales, lo cual impactó negativamente en la cotización de aquellos.
Porque, ante la creciente crisis de deuda soberana europea, los principales apostadores eligieron refugiarse en el billete dólar para evitar cualquier exposición de riesgo. Eso, además, fortaleció al billete verde frente a la mayoría de las monedas emergentes.
Sin embargo, algunos mercados mejoraron en forma notoria durante los últimos sesenta días. De esa forma el flujo de capitales especulativos comenzó su vuelta hacia las bolsas emergentes y, por lo tanto, las monedas empezaron a apreciarse frente al dólar nuevamente.
Así que, por un lado, la crisis europea aún encabeza los titulares de los diarios y las calificadoras consideran nuevas rebajas en la nota de algunas deudas soberanas de esa región. Pero, por el contrario, muchas calificaciones de las deudas emergentes mejoraron, algunas hasta llegar “al grado de inversión”.
Y, dentro de ese contexto, los BRIC (Brasil, Rusia, la India y China) mantienen el centro de la atención de los inversores. Porque esas naciones continúan volcando recursos a obras de infraestructura y potencian el mercado inmobiliario pero, además, sus clases medias disponen de ingresos económicos crecientes que dirigen al consumo y la inversión.
Todo ese cuadro de mejoras económicas contrasta con la debilidad de los países desarrollados, en los cuales se combina el magro crecimiento de la producción y el consumo junto con bajas tasas de interés.
Así que el flujo de capitales se mantiene en dirección a los emergentes, porque distintos bonos y acciones de esa región del planeta parecen pronosticar buenos resultados de mediano plazo.
Por otra parte, si tiempo atrás el universo de activos financieros de inversión dentro de las naciones en desarrollo se circunscribía a empresas de energía o servicios financieros, actualmente las alternativas crecieron e incorporaron una interesante lista de grandes compañías con alcance global.
Sin embargo, aún hoy los portafolios de inversiones globales cuentan en promedio con apenas el 10% de participación de activos emitidos fuera de los mercados maduros. Y eso a pesar de que la participación del conjunto de los emergentes en el producto bruto global se encuentra próximo a superar la de las naciones llamadas centrales.
Por tanto queda lugar en las carteras para aumentar la participación de acciones y bonos con un poco más de renta potencial.
Así que quienes comparten esa visión suelen recurrir al índice MSCI Emerging Markets Index (EEM), de bajo costo de entrada y salida, gran volumen, liquidez y diversificación de riesgos.
Otros inversores suelen elegir acciones individuales. Y muchos piensan en Brasil, porque sostiene que tendrá menor volatilidad que China o la India. Además nuestros vecinos disfrutarán de los beneficios financieros y económicos relativos a la preparación del Mundial de fútbol 2014 como así también de los Juegos Olímpicos 2016.
Y es posible focalizar dos acciones del mercado brasileño, por ejemplo, con expectativas de crecimiento. Una es la de la Compañía de Saneamento Basico do Estado de São Paulo (SBS).
Esta empresa provee servicios de agua corriente a más de 20 millones de consumidores paulistas. Su atractivo radica en que combina la estabilidad de ingresos de un ente de servicios públicos con la expectativa de crecimiento de su mercado, vistos los planes de nuevas obras públicas de infraestructura e inmobiliarias previstas.
Otra alternativa radica en la Companhia Brasileira de Distribuicao (CBD), que opera más de 1.500 megacentros de comercialización minorista de ropa, artículos para el hogar y oficina, tanto como alimentos.
La empresa es líder en su segmento y combina el equilibrio que otorga la comercialización de artículos de oficina y hogar minoristas, junto con las expectativas de mayores ventas por el mayor consumo esperado de la población de Brasil.
Por tanto la cotización de las acciones de ambas compañías arrancaron muy bien el año 2012 y podrán continuar dicha performance de la mano del crecimiento económico brasileño.