Un primer semestre difícil para las finanzas

por Gabriel Holand

Para los inversores el primer semestre del año 2012 luce, cuanto menos, áspero.

Por qué la volatilidad continuará en los mercados globales.

Pero hay algunas señales que, al menos, parecen positivas. Pero ¿cuáles son?

Y ¿qué decisiones tomar en los portafolios de inversión?

Para entender esta encrucijada existen, al menos, tres indicadores para tener en cuenta.

EEEUU por el momento escapó a la recesión que algunos pronosticaron.
China mantiene un razonable nivel de actividad y consumo.
Europa se estabiliza y parece querer encontrar una solución. ¿Será?
América Latina aún se encuentra mucho mejor que frente a crisis mundiales pasadas.
Para dejarlo en claro: aún existen serias dudas con respecto a que Europa salga, de alguna manera, de la crisis que atraviesa hace ya dos años. Y, así mismo, la economía norteamericana mejora a cuentagotas.

Sin embargo parecería que los mercados se contentan con que las noticias sean menos malas, al menos, después de tantos meses de vapuleo en los precios de las acciones, bonos, y algunos commodities.

Y seguramente la volatilidad continuará en las Bolsas globales, al menos hasta que despunte el segundo semestre del año 2012.

Porque para ese entonces algunos indicadores de la economía mundial estarán un poco más claros, se sabrá que candidato perfila con más chances en EEUU y si la UE decidió seguir con el formato que la conocemos hasta ahora o si, por el contrario, modifica la cantidad de miembros que la componen.

Estados Unidos, la locomotora que aún funciona.

Aunque el desempleo se mantiene alto los últimos informes mostraron que el sector privado americano continuó con la incorporación de mano de obra.

Es cierto que , según ellos mismos dicen, la recuperación económica será lenta pero ¿podría ser de otra manera luego del desastre financiero del bienio 2008/2009?

Porque además persiste un nivel de consumo interno que no se compara con años anteriores, ya que las familias continúan restringiendo sus gastos. Sin embargo, y en sentido contrario a lo anterior, la venta de automotores creció un 9% con respecto a comienzos del presente año.

Mientras tanto la inversión en activos fijos de las empresas se robusteció, y las exportaciones aumentaron a ritmo del 4%.

Pero aun así las empresas conservan altos niveles de efectivo en caja por si la volatilidad vuelve a sacudirlas y, seguramente, esperan para recomponer sus inventarios a que los buenos números del mercado interno, aunque famélicos, conserven su tendencia positiva.

Porque las amenazas externas e internas se mantienen para la producción americana, debido a que las noticias sobre Europa distan de ser buenas. Y a la vez, en su propia casa, la finalización de recortes de los impuestos al trabajo y subsidios a las empresas expira ya, y queda poco claro que vendrá después.

Por lo tanto se espera un bache en la tendencia positiva de crecimiento del empleo, al menos por un tiempo.

Sin dudas que cualquier iniciativa que impulse el gasto público y el consumo, si existe, se trabará en vistas de las próximas elecciones presidenciales de noviembre del año 2012.

Así que norte américa las cosas están mejor, pero….veremos.

China se mantiene en pié

Aunque muchos auguran hace ya meses su brusca caída, lo cierto es que la economía del Dragón muestra buen ritmo.

Porque, aunque crecerá algo menos debido al endurecimiento del crédito y otras medidas gubernamentales para atacar la inflación, igual la dirección será fuertemente positiva. Y prueba de ello es que el producto bruto mostró durante el tercer trimestre una tasa anualizada del 9,1%, un número increíble con la actual crisis global.

Así que la producción y el consumo chinos, aunque se eleve a menor ritmo que actualmente ( será del 7% / 8%), harán un buen sostén para la economía de todo el mundo.

Es cierto que, si se miran sus debilidades, la salud de los bancos chinos y sus carteras crediticias distan de ser la mejor. Pero Beijing cuenta en su caja con reservas internacionales por más de 3.000 millones de dólares, lo cual le da un colchón para sostener buena parte de los potenciales quebrantos que aquejan a su sistema financiero.

Entonces, con China, una expectativa favorable para la economía global.

Europa ¿marcha hacia una potencial solución?

Primero conviene aclarar que la resolución de la crisis de la UE, para la mayoría de los analistas, pasa porque los bancos no quiebren. Y para ello es necesario que los países deudores pasen por caja, con más efectivo y menos promesas.

O, al menos, que se escriban con tinta fuerte los compromisos de austeridad y recortes de gastos fiscales.

Y esas alternativas, parecería, que pudieran empezar a darse.

Por supuesto que se pide más ajuste, casi suicida. Pero de las penurias de los “ajustados” son pocos los que hablan.

Y, aún en la mejor hipótesis, son pocos los que creen que Europa en el corto plazo pueda sumar algo al resurgimiento global.

Es más, como paso previo a estabilizarse, primero la economía europea caerá en recesión. Simplemente por la inercia de dos años continuos de crisis irresuelta.

Porque, aunque parezca mentira y por ejemplo, hace muy poco que la UE reconoció la insolvencia de Grecia y empujó el recorte “voluntario” del 50% a los bonos griegos en poder del sector privado.

Se verá, con todo este entorno, si el BCE continúa con el otorgamiento de fondos de ayuda como hasta ahora o si acelera la marcha en función de las necesidades.

Lo cierto es que el dinero escasea en el sistema financiero europeo, y las líneas en dólares que las empresas necesitan para mantener el flujo del comercio internacional en los países de la alianza, se ven poco y nada.

Así que, en Europa, lo que se puede desear es que pare de empeorar.

¿Y en los países al sur del Río Bravo?

La realidad es que los avisos acerca de que la situación empeoraría severamente durante el año 2011 se cumplieron poco.

Es cierto que existen problemas en Brasil con los niveles de inflación y los vaivenes del real.

Por otra parte lo golpea, igual que a Argentina, la caída en los precios de los commodities agrícolas, a lo cual se agrega la persistente sequía que afecta al lado sur del mundo.

Pero, aun así, los niveles de empleo y consumo parecen mantenerse.

Y el ajuste de tarifa en nuestro país se hace sin afectar el nivel de actividad y consumo, al menos por el momento.

Así que, por este lugar del mundo, supimos andar mucho peor hace 10 o 20 años que ahora. Pero mejor mantener los ojos abiertos, porque la velocidad de los acontecimiento es mucho más rápida que durante ciclos pasados de la economía global. Y sus efectos negativos también se desparraman a ritmo velóz.

¿Y qué hacer con las inversiones?

Con todo este panorama existen pocas novedades en el frente. Salvo que la inflación se expande por todo el mundo por encima de lo que esperaron algunos analistas. Hasta el oro perdió parte de su “glamour”. Y algunos que sueñan con bajas volatilidades podrían despertarse con pesadillas.

Así que a los más audaces les convendría mirar aquellas acciones europeas que recibieron más goles con la crisis, sobre todo algunas vinculadas a los sectores de salud y consumo masivo están en oferta. O apostar en contra de los precios de la deuda de Bélgica,por ejemplo.

Pero, para los más conservadores, una alternativa para analizar sería mantener en los portafolios:

Bonos corporativos globales de 3 a 5 años de plazo. Y balancear que riesgo se acepta a cambio de obtener una rentabilidad razonable con los niveles de inflación actuales y por venir .
Deuda soberana argentina en dólares con vencimiento 2015/2017.
Algo de oro.
Algunas acciones de grandes corporaciones globales, a esas que les va bien en los malos tiempos y pagan dividendos fijos a los inversores.

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