por Gabriel Holand
La cotización del petróleo alcanzó en la semana su máximo nivel del año después que el presidente ruso, Vladimir Putin, prometiera respaldar los esfuerzos para limitar su producción. Por lo tanto, se interpreta que su país podría suscribir un acuerdo que, en conjunto con otros países productores, ponga una cota a la cantidad de barriles que se producen en el mundo y, por ende, levante el precio de commodities.
Así, en sintonía con esos rumores, el valor del barril en Tejas WTI Index volvió a tocar sus máximos de hace 15 meses, es decir u$s51,35, luego de que se derrumbara hasta u$d 28,50 en enero del corriente año.
Y de confirmarse esta tendencia, aunque lejos de los u$s151,72 que cotizó el WTI en el año 2009, ello mejoraría las perspectivas de las economías cuyos ingresos dependen fuertemente de las exportaciones del crudo y del gas, tal es el caso de Arabia Saudita, Rusia o Venezuela.
Sin embargo para el continente asiático es una mala noticia ya que, excepto Malasia que exportó u$s22.800 millones de gas natural y aceites derivados del crudo durante el año 2015, otras naciones como China, Tailandia y Corea del Sur necesitan importar petróleo y sus derivados para mantener la actividad económica al ritmo deseado.
Por otro lado algunas naciones emergentes pueden beneficiarse con la suba moderada en los valores del petróleo, porque existe una relación directa entre el aumento de dicho insumo y el fortalecimiento de las divisas en las naciones menos desarrolladas. Y esto se debe a que la suba del petróleo, como insumo de costo importante, empuja hacia arriba también los valores de otras materias primas.
Pero vemos algunos casos individuales. Claramente puede ser una buena noticia para Venezuela, que tiene las mayores reservas probadas del mundo y produce unos 2,4 millones de barriles por día, porque este producto representa el 90 por ciento de su exportaciones y casi la mitad de los ingresos fiscales venezolanos. Por ello quizás mejoren las condiciones para pagar la deuda en bonos de la petrolera estatal PDVSA, cuyos acreedores hoy ven crecer el riesgo de aceptar la renegociación forzosa de unos u$s2.000 millones que vencen en el año 2017.
Para Asia la suba del precio no es buena ya que, excepto Malasia, el resto importa crudo
El impacto sobre Ecuador será también significativo, ya que el 60% de sus exportaciones provienen del petróleo. Similar es el caso para Colombia porque la mitad de sus ventas al mercado internacional se relacionan con ese commoditie.
Y para nuestro vecino y socio más importante, Brasil, como la mayor parte de su producción es para consumo interno por lo cual la variación le mueve poco la aguja.
Por cierto que, en el caso de nuestro país la noticia tiene tanto aspectos negativos como también alentadores. Porque, por el lado de los costos internos y al ser en la actualidad importadores netos sobre todo de gas natural y gas oil, la factura por nuestras compras se verá mas abultada.
Pero también es cierto que si se verifica una recomposición de precios en el mediano plazo esta implicaría un aliciente para nuevas inversiones en el sector del petróleo y que contagiará el ambiente positivo a las explotaciones de combustibles alternativos como Vaca Muerta.
Publicado en Diario BAE