por Gabriel Holand
El 80% de los fondos va a las Bolsas asiáticas
Los capitales de inversión globales vuelven a los mercados emergentes. Y eso se percibe mayormente en las bolsas asiáticas, que reciben 80% de nuevos fondos y en menor medida en las de América Latina, a las cuales llega el 20% restante, ya que el principal motivo para el retorno obedece a un efecto combinado de hambre de ganancias y temores.
Los inversores en mercado desarrollados tienen colocados casi u$s13 trillones en renta fija -el equivalente a más de veinte PBI argentinos- y obtienen por su apuesta rendimientos cercanos a cero.
Además, los temores por el Brexit y el “efecto Trump” hacen lo suyo, empujando a los dueños del dinero a buscar mercados menos agitados. Por ello los jugadores ponen la mirada en Asia. Y también en nuestro continente, en el cual existe una variada oferta de oportunidades, desde la más conservadora hasta bonos llamados de alto rendimiento o basura.
De esta forma, por ejemplo, un título de la Corporación General del Cobre de Chile con vencimiento en el año 2020, y buena calificación crediticia, rinde 3,65% anual en dólares. Y la deuda del Estado mexicano, calificada también satisfactoriamente y con vencimiento al año 2021, rinde 3,27 por ciento
Tal vez para algunos inversores más ambiciosos dichos retornos resulten bajos, pero representan casi el triple de lo que paga una obligación del Tesoro de Estados Unidos en plazo similares.
Los bonos argentinos ofrecen tasas de 4,80% en dólares mientras que los de Venezuela pagan 30%
Claro que con riesgos mayores también se pueden conseguir tasas de interés mas altas y cercanas al 4,80% en bonos argentinos o, arriesgando mucho más, un 30% en bonos venezolanos, todos ellos nominados en dólares estadounidenses.
Mientras tanto, los fondos de inversión de acciones emergentes también se vieron beneficiados, ya que recibieron últimamente u$s5.000 millones de los inversores.
De allí el crecimiento del índice MSCI que mide la evolución de precios en las Bolsas emergentes.
Y en América latina en particular, Brasil se encuentra entre los principales receptores de estos capitales de corto plazo, ya que, en medio de la crisis política, ve estabilizarse su economía.
Y apenas la octava potencia económica del mundo repunte un poco resultará un imán para los inversores. Prueba de ello es que el principal índice de acciones brasileñas, el Bovespa, creció 20% en los últimos tres meses luego de un profundo bajón a mediados de este año. También, en el mercado de renta fija, algunos bonos de Petrobras a largo plazo recuperaron el 25% de valor perdido al inicio de la crisis del Petrolao.
En nuestro país, siguen su curva ascendente los bonos soberanos, sobre todos los más largos, probablemente debido a que algunos “blanqueadores” se posicionan en ellos pensando en recuperar lo que pagarán por exteriorizar su riqueza.
Así, consecuencia de este mayor apetito inversor, algunos títulos locales en dólares se encuentran carísimos.
Por eso, a quienes hicieron diferencia con dichos títulos les conviene recordar que siempre es bueno tomar ganancias y hacer caja.
Porque si algún soplido en contra desde la economía o desde la política derribara las cotizaciones, ahora o cerca de las elecciones de 2017, ello sería oportunidad de compra para los que tengan liquidez disponible.
Publicado en Diario BAE