La paridad de origen dólar /euro en el año 1999 fue cercana a uno a uno. Desde entonces la moneda europea se fortaleció sin pausa porque la economía de la eurozona, centrada en Alemania y Francia, también se consolidó y avanzó en la conquista de nuevos mercados, sobre todo asiáticos, para sus exportaciones.
Mientras tanto y como contracara de lo anterior, la divisa estadounidense -la mayor economía del mundo por aquellos años-, acentuó su debilidad por una suma de factores que incluyeron menor crecimiento económico con mayor desempleo -atento la fuga de empresas de su territorio en busca de mano de obra barata- sumados al gigantesco endeudamiento estatal y al gasto público excesivo para financiar conflictos extraterritoriales, crisis del año 2008, etc. Por ello se decía entonces que “no es el euro el que se fortalece sino el dólar que se debilita”.
¿Cuál sería el nuevo escenario de la economía global ahora que el greenback está más fuerte mientras el euro pierde valor y la paridad de ambas divisas llega casi a los mismos valores que quince años atrás?
Vale recordar que para salir de la crisis del año 2008 EE.UU. instrumentó un plan que básicamente consistió en emitir billetes y prestarlos sin costo a los bancos quienes, junto a los grandes jugadores del mercado de valores, los invirtieron en la bolsa americana que, por lo tanto, vio crecer sus cotizaciones firmemente en los últimos años.
También los fondos públicos se usaron para salvar al sistema financiero del país y así, por ejemplo, la acción de Citigroup multiplicó por cinco su valor desde la crisis financiera del año 2008 hasta hoy.
Y recientemente la Unión Europea implementó un plan similar al que del otro lado del océano pergeño Ben Bernanke para salir de la crisis. Es decir que el Banco central Europeo, por diferentes caminos, emitió billones de euro sin costo y también salvó a diversas entidades bancarias de la alianza.
Como resultado de ello comenzaron a verse algunos resultados de corto plazo.
Por ejemplo, las bolsas europeas crecieron sin parar alimentadas por expectativas de mayor consumo ante la existencia de crédito gratis pero, sobre todo, porque ese capital gratuito se volcó en gran medida a la compra de acciones de compañías europeas hoy valuadas a un 25% en relación a cinco años atrás.
Asimismo la empresa Airbus reconoció que por cada u$s 0,1 que se deprecia el euro la compañía gana aproximadamente 1.000 millones ya que paga costos de producción en la eurozona pero vende en dólares estadounidenses.
Por otro lado, a los turistas norteamericanos se le hizo mucho más barato viajar por Europa, región del mundo de la cual son habituales y masivos visitantes. Y esto es una buena noticia por ejemplo para Grecia cuyos ingresos fiscales dependen en un 20% del turismo.
Y la otra cara de la moneda la constituyen las aerolíneas europeas contra las que facturan en dólares en el resto del mundo. Por ejemplo un ciudadano español que quiera volar por American Airlines, necesitará más euros que antes para comprar sus pasajes en la divisa americana.
En el mismo sentido empresas como IBM, Harley Davidson y hasta Coca Cola o Procter and Gamble plantearon sus quejas por euro débil que castiga sus ganancias fuera de EE.UU.
También desde un punto de vista macroeconómico surgieron las quejas porque un dólar tan fuerte amenaza las exportaciones norteamericanas. Y también a las economías emergentes las perjudica porque los commodities pierden precios relativos y a la vez pagan más caros los insumos importados (ej: fertilizantes, maquinarias, partes de automóvil, etc).
Pero digamos que los resultados del salvataje aplicado en EE.UU. impactaron favorablemente en el sistema financiero y distaron hasta ahora de reflejar semejante éxito en la economía real.
Por ejemplo el índice de desempleo en Estados Unidos cayó bastante menos que lo que el gobierno declama, pero sí descendieron las horas trabajadas, los salarios reales y el consumo comparados con épocas anteriores a la crisis. Y justamente por ese menor costo de mano de obra es que algunas de las empresas americanas que fabricaban en Asia vuelven a producir en casa. En resumen: bueno para las empresas y no tanto para los ciudadanos.
Por eso el optimismo desbordante sobre la economía de Estados Unidos se basa, en que el resto del mundo tiene mayores problemas económicos.
Eso quiere decir que después de tantos años de tasa cero y estímulos los resultados obtenidos fueron menores a los esperados. Y básicamente pasó porque la ayuda monetaria del gobierno se concentró en los grandes operadores financieros, pero bajó muy poco a ayudar al ciudadano común.
Análogamente en Europa, más allá de las bolsas que rebotaron desde el subsuelo, el éxito del plan monetario aplicado dependerá de si los recursos se aplican a desarrollar a las economías más postergadas (llamados “países periféricos” como Hungría o Portugal) o simplemente a volver más ricos a los ricos -caso Alemania- y a los pobres más pobres -Grecia dixit-.