por Gabriel Holand
Los bonos en pesos ajustados por inflación son una buena opción y, en dólares, el Discount
Durante los últimos días los mercados globales estuvieron a la espera de la decisión de la FED en relación con una posible suba de tasas que finalmente quedó en la nada, y sería raro que eso se produjera en un año de elecciones en el país del Norte, al menos en valores significativos que pudieran modificar el actual panorama de rendimientos de los bonos en todo el mundo.
De todas formas, si algún movimiento al alza existiera a corto plazo, un sondeo de Wall Street Journal estimó que el tipo de interés a diez años crecerá sólo 0,20% de aquí a diciembre y se ubique en 2, 8% recién a finales del año 2018, es decir 1,20% mayor que el actual y a dos años vista.
La posibilidad de que Argentina deje de ser “mercado de frontera” revalúa a los bonos
Y, con un ojo puesto en lo que sucede en el mercado financiero más grande del mundo, los inversores locales dividen su portafolio apostando a pesos y dólares como una manera de enfrentar la baja de interés, tanto como el promocionado y aún no comprobado descenso de la inflación, y también el posible aumento de valor en los bonos dolarizados.
¿Cuál es el factor más importante que podría mejorar el precio de los activos en moneda extranjera? Claramente, la posibilidad de que a mediados del año 2017 Argentina abandone su calificación de “mercado de frontera” y pase a ser “mercado emergente”, lo cual permitiría una apreciación de capital de los títulos ante la baja del riesgo país, lo cual favorecería, también, una mayor demanda de los grandes inversores bancos, fondos de inversión, etc. que sólo pueden adquirir activos de mayor calidad a la que hoy ostenta la deuda argentina soberana y privada.
Y, en sintonía con este combo de expectativas, la semana pasada se notó cierta selectividad en la compra de acciones y bonos. Los inversores siguen acomodándose al nuevo escenario posible de inflación en baja y dólar en alza. Y el criterio que prima en las elecciones de los grandes jugadores es, como se dijo, la posibilidad de un ajuste en los rendimientos, por lo cual los activos de riesgo local mantienen su atractivo.
Y una muestra de lo dicho la dio la colocación de $15.211 millones en un bono del Tesoro nacional en pesos a un plazo de dieciocho meses y con una tasa de 22,75 por ciento. Lo importante, además del bajo rendimiento aceptado por el mercado si se lo compara con lo que pagan, por ejemplo, las Lebac actualmente es que quedaron afuera ofertas de compra por el doble que el monto tomado. Es decir que tanto el Gobierno como los inversores apostaron esta vez a la baja de tasas e inflación en el mediano plazo.
Mientras tanto, y por el lado del tipo de cambio, se espera que el valor del dólar toque los $16 a fines del corriente año, y $18 a finales del año 2017. Así que tomando toda la información volcada, resulta interesante describir algunas conclusiones para utilizar en los portafolios de inversión.
Conviene seguir maximizando los retornos en pesos en sus diversas variantes, también tomar en cuenta la variación del billete de aquí a fin de año y la inflación esperada para los próximos meses la cual, más allá de las declaraciones y deseos de algunos actores, rondará al menos 1,9% a 2% mensual.
Un sondeo estimó que la tasa de interés a diez años crecerá sólo 0,20% de aquí a diciembre
En ese esquema, los bonos con ajuste por la variación de precios Boncer 2021 resultan atractivos sobre todo recordando que el ajuste tarifario llegará en los próximos meses ya que al sumar la inflación esperada más 1,15% que da el bono, llegaríamos a una rentabilidad muy atractiva en el corto plazo.
Por el lado de los bonos dolarizados la apuesta al Discount (DICY), por ejemplo, puede seguir resultando provechosa ya que rinde arriba de 6% y queda a la espera de mayores aumentos de valor por efecto blanqueo, tanto como por la posible mejora en la calificación del riesgo país el año próximo.
Publicado en Diario BAE