¿Cuál es la relación existente entre el universo de bajas tasas de interés globales y el aumento en el precio de las acciones?
La explicación que mayormente se recita en los mercados es, precisamente, que los bajos tipos de interés justifican el crecimiento del valor de las acciones, porque los retornos por inversiones en renta fija resultan muy magros.
Además grandes jugadores del mercado global apuestan a queel descenso en los costos laborales junto al mayor gasto gubernamental para alentar el consumosumado a los menores costos financieros potencien las futuras utilidadesempresarias, por ello en parte las cotizaciones accionariascrecen hoy reflejando la supuesta próxima bonanza.
Sin embargo hoy por hoy, y contrariando los fundamentos del párrafo anterior, los salarios reales empezaron a crecer en EEUU y la suba de tasas es casi un hecho al cual solo faltaría ponerle fecha de ejecución.Pero tal trepada en los precios está lejos de menguar, basta ver el permanente empinamiento, por ejemplo, de los índices americanos Dow Jones y S&P que también ayudan a crecer a las bolsas europeas.
Entonces ¿qué sucede realmente?
En primer lugar la existencia de dinero gratis, provisto hoy por los bancos centrales de Europa y Japón, sigue dando aire para que casi cualquier apuesta de riesgo resulte atractiva, porque todo sube.
Luego existe un factor clave del cual poco se habla: hace 10 años atrás los bancos globales invertían el dinero en lo que quisieran: bonos del gobierno, de países emergentes o de pequeñas empresas asiáticas, etc.
Pero todo cambió desde la crisis del año 2008 y las nuevas regulaciones bancarias que hoy existen tendientes a promover la estabilidad financiera fuerzan a muchos jugadores.- entes gubernamentales, fondos de jubilaciones, bancos, compañías de seguros, etc.- a invertir la mayoría de sus recursos en bonos soberanos.
Y esa legislación restrictiva, que tiende amantenerse en el tiempo, resulta un factor central para mantener bajos tipos de interés en el horizonte y empujar a invertir en bolsa a quienes deseen ganar algo más.
Sin embargo para el mercado accionario global de acciones nada es coser y cantar.
Porque depende de si el inversor cree en el argumento de que los valores crecen y creceránporque mejorarán los beneficios empresarios o si, muy por el contrario, se está simplemente frente a una burbuja especulativa.
Por otro lado las proyecciones estratégicas de las grandes potencias – tal como sugiere el académico de Harvard y gurú del mercadoKennetRoghoff-admiten severos riesgos de nuevos conflictos armados en distintas regiones del globo y la existencia de temores a nueva pandemias.
Y con esos panoramas nada mejor que concentrase en invertir en los más seguros bonos de los gobiernos de los países industrializados antes que en las acciones más volátiles y atadas a las crisis.
Ciertamente esta columna presenta escenarios y paradojas que, me parece, responden a la forma casi irracional en la que se comportan los mercados en los cuales, por otra parte, rara vez las cosas sean blancas o negras.
Pero si algo queda claro es que tenemos tasas bajas en el mundo por un buen rato mientras que el juego accionario, sobre todo en EEUU y otros países desarrollados, se infla cada vez por venta de expectativas y hambre de ganancias antes que debido a fundamentos de la macroeconomía.